Andrew: Un Viaje Sin Freno a Través de sus Impulsos

Tercera ley de Newton “para cada acción hay una reacción igual y en el sentido opuesto”.



    Ustedes recuerdan que Andrew es conocido por toda su familia y las personas allegadas a él por ser un niño muy activo . Todos tienen claro que esto se debe a la etapa en la que se encuentra, la infancia, los más cercanos también saben que en parte  se debe a su TDAH. Sin embargo, hay algo que no han logrado comprender sobre Andrew, y esto es que él es un niño hiperactivo e impulsivo


Pero, ¿qué significa impulsivo? Bueno, Andrew muchas veces no piensa antes actuar y por esa razón ha llegado a jalarse tortas (expresión típica en Costa Rica para decir que hizo una travesura) que le han ameritado el sobrenombre de travieso por todos los que lo conocen, obviamente a espaldas de su familia. Muchas de las conversaciones cuando ellos se retiran de alguna actividad giran en torno al comportamiento de Andrew.


Por ejemplo, en una fiesta familiar la conversación fue debido a que Andrew pasó por debajo de la mesa y casi tira toda la comida mientras su mamá lo jalaba del pie para sacarlo, en otra ocasión aunque se le pidió repetidas veces que no tocara el adorno de la abuela, él siempre lo tomó y casi se le cae. Y cómo olvidar la vez que en la boda de la prima de su mamá casi bota al sacerdote para correr hacia el otro lado, donde se encontraba una de sus primas sosteniendo los anillos de la boda.  



Estos comportamientos impulsivos se repiten en todos los sitios a los que van. Por ejemplo, un sábado en que tenían que hacer muchos mandados Andrew se mostró impulsivo ese día, en la mañana fueron a comprar una licuadora, y al llegar al almacén a Andrew se le iluminaron los ojos ya que habían muchas pantallas y a lo lejos se lograba ver una que transmitía uno de los videojuegos que él conoce. Sin pensarlo dos veces soltó la mano de su mamá y se echó a correr para verlo mejor.

 

—¿Andrew para dónde va? —Le dijo en voz alta la mamá mientras corría detrás de él— Andrew, Andrew, Andrew, espere ¿a dónde va?


En el camino Andrew golpeó a un vendedor que mostraba una computadora, la que casi se cae de las manos del vendedor.


—PERDÓN —gritó Andrew sin parar de correr.


Al llegar tomó en sus manos el control remoto sin decir nada al vendedor que estaba mostrando la nueva consola a un cliente.


—Espere un momento, ¿Con quién viene usted? —le preguntó el vendedor a Andrew.


—Conmigo respondió la mamá jadeando y con la boca seca al llegar— Andrew hssp ¿Por qué se vino corriendo así?, hssp casi bota a aquel muchacho que tiene la computadora en la mano hssp. —le dijo molesta a Andrew mientras respiraba con dificultad.


—¿Ocupa agua señora? —le ofreció el vendedor al verla tan agitada.  

—Sí, por favor —le respondió ella, luego se dirigió a Andrew y le preguntó—. ¿Papito en qué estaba pensando usted al correr así?, me asusté… también, casi bota al muchacho …y… usted pudo golpearse o chocar con alguien.


Mientras la mirada de Andrew se mantenía baja con las cejas arrugadas y su boca completamente curvada hacia abajo respondió —yo solo quería ver el videojuego.

—Tenga señora, tome un poco de agua. —Le dijo el vendedor a la mamá al darle un vaso con agua.

Glu, glu, glu, glu, gracias muchacho —le respondió ella mientras se lo devolvía sin una sola gota de agua.

—Con mucho gusto.

—Vamos un momento afuera y ya entramos —le dijo ella a Andrew, luego se dirigió al vendedor y le expresó— muchas gracias de nuevo, ya casi regreso a comprar lo que necesito, primero voy a hablar afuera con mi hijo. 

—Está bien señora, estamos para ayudarla.



Ya afuera del almacén ella conversó con Andrew una vez más todo lo que le podía suceder a él por alejarse de ella o de su papá, además de los peligros a los que se veía expuesto en cualquier sitio. Así como, los diferentes accidentes que le podían suceder a él por correr en un lugar donde se debe caminar. 


Esta era una conversación que ambos padres habían tenido con Andrew infinidad de veces. Sin embargo, estaban conscientes que hasta que él no aprendiera a controlar sus impulsos por medio de la terapia era algo que no podían parar de hacerlo por el bien de él y de toda la familia.

  

Luego, entraron de nuevo al almacén, compraron la licuadora y de paso vieron el videojuego por el que Andrew había corrido. —Vio Andrew, era solo tener un poco de paciencia y decirme que lo quería ver  —le explicó ella mientras salían del almacén nuevamente. 



Más tarde pasaron a comprar unos alimentos que necesitaban para la comida, ambos caminaban por los pasillos buscándolos. La mamá le soltó un momento la mano a Andrew para poder acercarse el envase a los ojos y leer los ingredientes. En ese preciso instante Andrew escuchó el canto de un pájaro, al mirar hacia arriba lo vio parado en una viga en el techo. Él se emocionó al ver como el pájaro extendía sus pequeñas alas y se echaba a volar, otra vez sin pensarlo dos veces se fue siguiendo el pájaro hasta el fondo del supermercado.


Cuando la mamá terminó de leer los ingredientes se volvió a decirle a Andrew —Creo que esto nos servirá…Aaann. —al ver que Andrew no estaba junto a ella su corazón empezó a latir tan fuerte que ella sentía que se le iba a salir del pecho— Andrew, Andrew. —Decía mientras caminaba por los pasillos para encontrarlo.



    

Cuando Andrew se dio cuenta que se había alejado de su mamá sintió que su pecho se le calentaba a la vez que sentía una fuerte opresión, nunca se había alejado tanto de su mamá.  —Mamá, mamá ¿dónde está? —exclamó mientras brotaban lágrimas de sus ojos.


—Andrew ¿por qué se vino para acá? —le dijo su mamá al encontrarlo de pie junto a las camaras de enfriamiento del fondo del supermercado. 


—Mamá —dijo él al abrazarla entre lágrimas y expresarle entre sollozos— es que, snif es que, snif estaba siguiendo un pájarito que vi, snif que vi, en el techo.


—Andrew, no tiene que alejarse de mí, pudo haberme dicho.    

—Yo sé, es que no pensé que me estaba alejando de usted. 

—Mi amor, hoy en la mañana hablamos sobre eso, se lo pueden robar  —le recordó ella— lo hablamos en la mañana, ¿o no recuerda? 

—Sí  —dijo él mientras aspiraba mocos por la nariz para que no se le salieran y se limpiaba las lágrimas de los ojos con las manos. 

—Bueno, vamos a terminar de comprar y regresamos a la casa, estoy muy cansada y usted también, me imagino.

—Sí… —Respondió él.



Al regresar a casa le contaron al papá todo lo que había sucedido, entonces él volvió a charlar con Andrew sobre los peligros a los que se ve expuesto al alejarse de ellos. Al final le dijo. —Yo sé, yo sé, que se lo decimos todo el tiempo, pero es porque nos preocupa que algo le suceda a usted o a su hermana. Ella también se ha alejado así, —luego hizo una pausa, respiró profundamente para después reflexionar junto a él— Sé que es difícil para ambos... porque actúan de forma impulsiva... sin embargo, deben recordar pensar y respirar antes de actuar.



La impulsividad de los niños y niñas que presentan TDAH es una de las razones por la que los padres de estos son criticados por no poner límites o tal vez porque no le dan las “nalgadas suficientes” para que se comporten. Sin olvidar las etiquetas de malcriados, mal educados, etcétera.


Con el apoyo de la familia y la terapia temprana el niño o niña va aprendiendo a autorregular su impulsividad y emociones, así como otros comportamientos que le generan barreras.      


Es importante que se comprenda que todas las veces que estos niños o niñas se comportan “mal” tienen explicación. Por ejemplo, la fiesta en que Andrew se metía debajo de la mesa mientras su mamá lo jalaba de un pie, él seguía al gato de la tía ya que le encanta, por esa razón al verlo pasar no dudo en ir detrás de él para acariciarlo como de costumbre, y aunque había buscado al gato desde que llegó hasta ese momento lo logró ver.

  

El día que fueron a la casa de la abuela ella tenía un nuevo adorno de cristal que brillaba como el sol y ningún adulto a su alrededor le hizo caso cuando él pidió que se lo acercaran para verlo, más bien le decían “Si lo tocas te castigan”.


Su mamá le había dicho que iba a dejar que lo tocara, pero que tenía que esperar, luego de un rato de esperar él se impacientó y lo agarró. Cuando su tía lo vio, lo regañó, aunque él lo tenía bien sujeto y no se le iba a caer. Bueno, y la vez que casi bota al sacerdote él solo quería darle un beso a su prima favorita ya que no había podido verla, porque la familia de ella llegó ajustada de tiempo y la boda ya iba a comenzar.



Son muchas las críticas a las familias con un niño o niña que crece con TDAH, sin embargo, las personas que critican no comprenden que el desarrollo de estos infantes es diferente y adquieren la madurez un poco más tarde. Por otro lado, la terapia es fundamental para minimizar o eliminar barreras, no obstante, no es milagrosa y no se ven resultados desde el primer día, verlos conlleva semanas, meses o años de trabajo. 

 

   


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