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Control inhibitorio una función ejecutiva |
El control inhibitorio tiene relación con todas las actividades que hace el ser humano en su diario vivir, además, con las decisiones que toma cuando las realiza.
Esta se clasifica junto con la flexibilidad cognitiva y la memoria de trabajo como una de las funciones ejecutivas necesarias en la ejecución de las tareas.
¿Por qué es importante?
Por un lado, el control inhibitorio es el que permite a una persona administrar de manera deliberada sus impulsos en los momentos que se requiere. Es decir, pensar antes de actuar, evitando tener una respuesta automática que puede traer consecuencias negativas.
Por ejemplo, alguna vez han visto a un niño correr por la carretera detrás de una bola; sin pensar en que puede ser atropellado por un carro. Él no considera las consecuencias, claro está que por la edad no tiene desarrolladas algunas de las funciones ejecutivas.
Por otro lado, la inhibición permite que una persona cumpla las metas u objetivos establecidos a largo plazo. Esto implica que no busque realizarlos de forma rápida para obtener la recompensa final. El control inhibitorio facilita que el individuo tome el tiempo necesario al ejecutar la acción, revisar los posibles errores antes de concluirla.
La persona trabaja para cumplir la meta u objetivo; toma los espacios necesarios al ejecutarla. Controla los impulsos de terminar rápido y obtener los resultados que le producen satisfacción.
Por ejemplo, si la persona realiza una prueba escrita, la hace en el tiempo que necesita según sus conocimientos, verifica las respuestas y luego la entrega al maestro o profesor.
Cuando no se ha desarrollado el control inhibitorio, este sujeto va a leer de forma rápida, sin revisar lo que leyó o respondió con tal de terminar, no piensa nada más que en concluir y estar tranquilo.
Asimismo, se relaciona con la gestión del tiempo al establecer un objetivo y planear los pasos a seguir. La persona piensa de forma racional las etapas y se organiza de acuerdo con las metas propuestas, tiene la capacidad de monitorear y evaluar sus avances. También, lo implica esperar el tiempo necesario por una recompensa.
Un ejemplo claro es que si usted va a estudiar una carrera de dos años debe cumplir con un plan de asignaturas propuesto por la institución, no puede saltarse u omitir ninguna para concluir antes de lo determinado. O si por alguna razón usted no la lleva de la manera establecida, no va a terminar en dos años, retrasando la obtención del título o de la recompensa.
El control inhibitorio exige que la persona se autorregule en la ejecución de actividades. Esto le permite tomar la responsabilidad del trabajo que realiza y evaluar el progreso para cumplir la meta u objetivo, lo que incluye identificar los aciertos o fallos. Lo que significa, que no es solo inhibir los impulsos que nos llevan a buscar una recompensa rápida o al responder ante una situación. También conlleva que el individuo cumpla con las tareas asignadas o propuestas a corto y largo plazo. Plantee estrategias, organice cada componente y se autoevalúe, cambie los planes si es necesario.
El correcto desarrollo del control inhibitorio es el que le permite desempeñarse en los estudios y cualquier puesto laboral.
De qué forma se puede estimular el control inhibitorio
A veces pensamos que hay que hacer actividades fuera de lo común para estimular cualquier habilidad o función ejecutiva. Sin embargo, creando en el hogar rutinas y horarios de trabajo, desarrollamos hábitos que permiten la estimulación natural y espontánea.
Crear rutinas en las que se deban seguir una serie de pasos para cumplir un objetivo, por ejemplo, antes de comer, colocar la mesa, lavarse las manos, realizar una oración y al final tomar los alimentos. Permite que el niño o niña entienda que hay una serie de actividades antes del tiempo de comida, aunque se tenga hambre.
Jugar al tesoro oculto, en la que se esconde un juguete o dulce, se le dan una serie de pistas y él o ella las sigue para obtener una recompensa. No puede saltarse ninguna para lograr ganar.
Jugar con bloques de armar o LEGOS. El niño o la niña tiene que cumplir una serie de pasos al ensamblar la figura. Lo que implica seguir cada uno hasta terminar y verla hecha.
Establecer horarios que se deban cumplir para una recompensa o actividad de relajación que le produzca satisfacción.
Todas estas actividades aunque parezcan simples permiten estimular el control inhibitorio.
Espero que este artículo les sea de apoyo, gracias por leer hasta el final. Para terminar les recuerdo la tercera ley de Newton "Para cada acción hay una reacción igual en el sentido opuesto" nuestras acciones o palabras tienen el poder de impulsar a una persona de forma positiva o negativa, siempre busquemos hacer el bien.
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