Esta anécdota sucedió hace muchos años cuando Andrew era muy pequeño, tal vez podría tener 5 o 6 años, en ese momento él comía muy poco sin importar que el alimento le gustara o no.
—Siento un poco de hambre —dijo el papá de Andrew.
—Yo también —le respondió la mamá, luego volvió a ver a los chiquillos y les preguntó. ¿Ustedes tienen hambre?
Y aunque los dos rara vez decían sentir hambre, al unísono en voz alta dijeron —sí… tenemos hambre. —lo que se debía a que habían desayunado muy poco, de eso estaba segura la mamá que había recogido los platos del desayuno esa mañana.
El papá al escuchar esto pensó que era mejor hacer una pausa para comer algo en un restaurante de los de comida rápida de la ciudad, porque mientras llegaban a la casa y se preparaba la comida, ya iba a ser muy tarde y todos tenían hambre. Entonces les dijo —¡qué tal si comemos algo aquí!, ¿qué opinan?
—Pienso que es mejor. —afirmó la mamá y añadió— mientras llegamos a la casa y preparo algo de comer va a ser muy tarde.
—Eso pensé —replicó el papá.
—Siii— dijeron los chiquillos emocionados.
El papá al oírlos decir respondió se rió y le dijo a la mamá —No sé ¿Por qué?, pero estaba seguro que ellos dirían eso.
Ella riendo le dijo —Yo también.
—Bueno, aquí hay varios restaurantes a los que podemos ir —dijo el papá. —Volvió a ver alrededor y mencionó algunas comidas que les gustaban a todos—. El de pizza, hamburguesas, pollo frito, comida china.
—No sé, todas me gustan —afirmó la mamá— ¿Qué les gustaría comer a ustedes chiquillos? —preguntó luego a los niños.
—Yo quiero pollo —respondió la hermana de Andrew, luego hizo una pausa y agregó— A mi y a Andrew nos gusta el pollo frito con papas fritas.
Andrew casi gritando dijo —Sí… yo quiero pollo con papitas.
—La mamá lo volvió a ver y le hizo —Shhh, luego le dijo— recuerda aquí hay más personas, debemos hablar con un tono de voz no muy bajo, pero tampoco gritar. Todas las personas nos van a escuchar.
—Sí, perdón, a veces grito sin darme cuenta. —expresó Andrew.
—Está bien, nosotros entendemos que comer pollo frito y papas fritas a usted lo emociona. Pero hay que respirar y mantener la calma al hablar. —Le dijo su papá— Luego pensó un momento y les dijo a todos—. Está decidido, vamos a ir comer pollo al restaurante que a todos nos gusta.
Ⅱ
Caminaron hasta el restaurante que se encontraba a unos minutos de ahí. Al llegar vieron el menú en la pantalla y escogieron lo que querían. Andrew como de costumbre escogió un menú infantil, pensando más en el juguete que trae, que en el muslo de pollo y las papas fritas o el refresco que tanto le encantaba. Los demás pidieron una orden de pollo con dos trozos de muslo y cuarto con papas fritas y refresco gaseoso una de sus comidas rápidas favoritas.
Al llegar la orden el papá y la hermana fueron a traer salsa de tomate y mayonesa las cuales no le podían hacer falta a ninguno de todos, mientras la mamá sacaba de la caja del menú el muslo de pollo y las papas de Andrew, él agarró el juguete y lo observó por unos minutos sin tomarle mayor importancia, era algo usual en él, aunque pedía el menú por el juguete algunas veces ni le llamaba la atención.
Cuando llegaron la hermana y el papá con las salsas todos empezaron a comer con su forma característica. El papá primero las papás y luego el pollo tomando fresco por intervalos, la mamá tomaba papas y luego mordía el pollo bebiendo sorbos de fresco a ratos, ambos comían rápido como si los estuvieran apurando. La hermana comía despacio mordiendo el pollo y las papas uno a la vez de forma intercalada y al contrario de los papás parecía que nadie la apuraba comía muy despacio.
Andrew como siempre se bebió la mitad del fresco de un solo sorbo como si tuviera mucha sed, comió un poco de las papas y mordió dos veces el muslo de pollo dejando una pequeña marca de dientes y luego de unos minutos expresó —ya no quiero comer más.
—¿Por qué? —le preguntó la mamá.
—Estoy lleno —respondió él.
—Pero, coma un poco más —le replicó ella.
—No tengo hambre —dijo él y luego repitió—. Estoy lleno.
La mamá vio las papas sobrantes, el muslo de pollo casi intacto, como si no se hubiera mordido y le dijo:
—Pero Andrew ni comió, coma un poco más.
Andrew volvió a ver el muslo y las marcas de sus dientes en él, hizo una pausa, se quedó callado y luego dijo —pero ya comí, ya estoy lleno.
—Andrew, pero cómo va a estar lleno, si usted no ha probado el pollo, —le dijo ella de forma figurativa—. aludiendo a que había comido muy poco pollo.
Andrew abrió los ojos lo más que pudo y vio de nuevo el pollo con sus dos pequeños mordiscos y le dijo a su mamá, —pero yo lo mordí, ya lo probé vea aquí están las marcas de mis dientes.
La mamá vio el pollo y las marcas de los dientes, se quedó seria un momento procesando la frase que Andrew le acababa de decir, en ese instante entendió el lenguaje literal en el autismo del que había oído hablar varias veces. Luego, se empezó a reír, ya que él tenía razón al decir ya lo probé. Después le dijo —tienes razón, ya lo probaste, vamos a llevar para la casa lo que sobró.
El papá y la hermana no podían parar de reír, para ellos también fue gracioso que esos diminutos mordisquitos en el muslo para él contarán como comer, aunque sí tenía la razón de contar cómo que él sí había probado el pollo.
Tal vez esa fue la primera vez que la familia de Andrew entendió que entre sus características podían encontrar el pensamiento literal. Aunque este no se evidenciara todo el tiempo.
Ya cuando todos habían terminado recogieron la basura para tirarla, pidieron una bolsa para lo que sobró de la comida de Andrew. Así podría terminar de comerlo en la casa y se fueron a terminar de hacer las compras.
Es interesante como el desconocer sobre algunas características que presentan las personas con algún trastorno como el del espectro autista impide comprender ciertos comportamientos o hasta situaciones que suceden al interactuar con ellos o ellas. Termino recordándoles de nuevo la tercera ley de Newton: "Para cada acción hay una reacción igual en el sentido opuesto" nuestras acciones o palabras tienen el poder de impulsar a una persona de forma positiva o negativa, siempre busquemos hacer el bien.
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