¡Hola a todos! Soy Adriana, y hoy quiero hablarles de un tema que, para mí, es un verdadero campo minado: la inteligencia artificial (IA) en la educación. Como persona formada en educación y mamá de chicos neurodivergentes, les confieso que, aunque soy fan de la tecnología, me genera un montón de preguntas y, a veces, hasta un poco de ansiedad, ver cómo se usa.
Pero, vamos por partes. ¿Qué es realmente la IA? En pocas palabras, es la capacidad de las máquinas para imitar la inteligencia humana: aprender, resolver problemas y tomar decisiones. Es como si le diéramos a una computadora un supercerebro que puede procesar información, encontrar patrones y aprender de la experiencia, todo gracias a algoritmos y modelos matemáticos.
¿Te sientes identificado?
Ahora, ¿por qué es tan controversial en las aulas? Todos hemos visto esos memes de "yo me gradué sin IA" y es que, seamos sinceros, hay una preocupación real sobre el uso que le dan muchos estudiantes. He oído a docentes decir que la IA está "anulando" el potencial de los chicos, y yo, como madre y educadora, no puedo evitar estar de acuerdo... hasta cierto punto.
La neuroplasticidad nos enseña que nuestro cerebro es como un músculo: si no lo usamos, se atrofia. Cuando un estudiante le pide a la IA un resumen de un libro para no leerlo, o le encarga un trabajo completo para no investigar, ¿qué está pasando realmente?
No están buscando información, por lo que no están leyendo ni analizando. Se pierden la oportunidad de ampliar su vocabulario y de desarrollar su propio pensamiento crítico.
No están conectando ideas ni redactando. Dejan que la máquina haga todo el trabajo.
En mi experiencia, la persona solo teclea lo que quiere y la IA hace el resto: busca datos, redacta, y entrega el "trabajo" casi listo. En lugar de ser un apoyo, se convierte en un sustituto de la mente. Casi que la persona solo copia y pega, limitando el potencial de su propio cerebro.
Pero, aquí viene el punto clave: el problema no es la IA. El problema es cómo la usamos. Como alguien con TDAH y dentro del espectro autista, y que aprendió a usar la computadora "un poco más tarde", sé lo que es la lucha con la tecnología. Mi cerebro va a mil por hora, pero mis dedos no siempre le siguen el ritmo. El autocorrector se vuelve loco con mis textos y, a pesar de que tengo a mi equipo que me apoya a revisar, la IA se ha convertido en una herramienta increíble para mí.
¿Cómo la uso yo? Primero, escribo el texto con mis ideas, con mi cerebro trabajando a toda máquina. Luego, le pido a la IA que revise y me sugiera posibles correcciones. Ella no me da las ideas, yo se las doy a ella. ¡Esa es la diferencia! Estoy usando la IA como una herramienta para potenciar mis habilidades, no para sustituir mi pensamiento.
La verdadera pregunta es: ¿estamos enseñando a nuestros estudiantes a usar la IA de la forma correcta? El debate no debe ser si la IA es buena o mala, sino cómo la integramos en la educación para que los estudiantes no eviten pensar y, en cambio, fortalezcan sus capacidades.
¿Cómo usas tú la IA en tu día a día? ¿Como un aliado o como un sustituto? Te leo en los comentarios.


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