Importancia del diagnóstico temprano


 

🙆Hoy más que nunca entiendo sobre lo importante que es para un niño, niña o adolescente el diagnóstico temprano de los diferentes trastornos como TEA, TDAH, específicos del aprendizaje, entre otros; que afectan de una u otra forma su vida. Así como lo significativo que puede llegar ser el lenguaje con que nos referimos a ambos. Estos dos factores afectan de manera negativa o positiva la percepción que nuestro hijo o hija puede tener de sí mismo.

Recordemos que el conocimiento es lo que nos permite a las personas avanzar y mejorar de muchas maneras, aunque pensemos que son niños o niñas y que por su edad no comprenden qué es un trastorno o cómo les afecta este. Enseñarles desde muy temprana edad les permite a ellos y ellas ser conscientes de las habilidades que poseen o las dificultades que se les pueden llegar a presentar por ser una persona con TDAH, dislexia, discalculia o estar dentro del espectro autista por indicar algunas.

Aunque siempre he tenido claro que el diagnóstico es sumamente importante para la persona independientemente de la edad, no había llegado a observar cómo afecta en la vida de un niño, niña o adolescente conocer sobre este, así como la manera en que nos refiramos es determinante para su autoestima.

¿Cómo me di cuenta?

 👉Estaba leyendo un libro con mi hijo, en un momento de lectura el personaje principal dice que

 “luego de regresar de las vacaciones le cuesta concentrarse en el colegio; además, que al ser un poco hiperactivo se le hace difícil estar atento en las lecciones”.

 En ese instante, mi hijo se río y volviéndome a ver se señaló, como diciéndome “a mí me sucede igual”; mostrándome que entiende que a él le sucede lo mismo en la escuela, yo me reí con él y le dije, “Sí, mi amor nosotros somos iguales”.

Recuerdo haber mencionado en la publicación dedicada a la dislexia que el niño, niña o adolescente que presenta algún trastorno no diagnosticado siempre sabe que algo le sucede, que, de una u otra forma es diferente. Lo anterior se los digo por experiencia, yo fui esa niña no diagnosticada que no entendía muy bien las matemáticas, con letra desprolija y desorganizada  en sus cuadernos. El no tener conocimiento en ese momento del trastorno que presentaba y presento, así como escuchar las palabras negativas por parte de los adultos que me rodeaban que no tenían entendían lo que me sucedía y me comparaban con mis compañeros y compañeras, palabras con las que me juzgaban por no ser igual que los demás niños y niñas fue sumamente perjudicial para mi autoestima. 

Cuando una persona sea niña, niño, adolescente o adulto no tiene un diagnóstico a temprana edad o del todo nunca lo tiene, corre el riesgo de vivir con una imagen distorsionada de sí mismo, y ¿cómo no❓ si generalmente son los etiquetados de diversas formas negativas, que no me gusta mencionar.

Es claro para mí que la percepción de mi hijo hacia sí mismo no es negativa, cuando observé que él se río y con expresión picara se señaló; me mostro de manera tierna que él sabe que es un niño hiperactivo y que en ocasiones se le hace difícil prestar atención en la escuela, la diferencia estuvo en que él no se sintió mal al expresarlo, tampoco piensa que es una limitante en su vida, entiende que es una persona que presenta diversas peculiaridades por estar dentro del espectro autista y ser TDAH, pero, tiene claro que él es entendido, querido, aceptado y apoyado, más importante aún no es juzgado o etiquetado.

A lo largo de los años lo hemos guiado para que él se conozca y comprenda que debe regular sus emociones o impulsos en los momentos de estudio y algunas actividades colectivas. Por supuesto, esto no se logra de la noche a la mañana se requiere de tiempo y apoyos, en la etapa de la niñez es complicado debido a que los niños y niñas son activos por naturaleza aunado a que muchas veces por los mismos trastornos no logran controlar sus impulsos y emociones, por lo que es nuestro deber guiarlo para que aprendan a controlar sus impulsos.

Muchas veces las personas a lo largo de su vida se sienten como la “oveja negra” de la familia o del mundo en general, ¿y cómo no? si son vistos así en todos los entornos en que se desenvuelven. Eso los hace cargar con inseguridades toda su vida ya que nunca se les brindó una evaluación y diagnóstico para detectar algún trastorno o dificultad en el aprendizaje como dislexia, déficit de atención e hiperactividad, discalculia, un trastorno especifico del aprendizaje o para descartar que se encontraran dentro del espectro autista, por lo que siempre son ese ser humano raro que no logra realizar actividades en el tiempo establecido, mantener su área de trabajo en orden, socializar con sus compañeros de trabajo, etcétera. Cabe aclarar que esto sucede por falta de conocimiento de los adultos y adultas que se encontraban a su alrededor que pensaron que era despistado, despistada o más activo o activa de lo común, que si hubieran tenido los conocimientos que se tienen hoy en día no hubieran dudado llevar al niño, niña o adolescente donde un especialista.

Puedo decirles que mi hijo tiene preocupaciones o inseguridades debido a que él entiende que muchas veces no es fácil para él mantenerse quieto o concentrado en clases cuando se le da una explicación, en ocasiones escribir, leer números después del millón los que logra leer tomándose su tiempo. Sin embargo, mi meta no es que él crea que debe hacer esas actividades a la perfección, mi meta es que él entienda que tiene otras habilidades, que debe autorregularse en momentos específicos, que comprenda que puede tomarse su tiempo para realizar algunas actividades y que eso está bien.

Las personas adultas que interactuamos con niños, niñas y adolescentes debemos tener presente que nuestra misión como padres, madres, docentes o profesionales en cualquier área es guiarlos y apoyarlos no compararlos con sus compañeros, compañeras hermanos mayores o menores.

Tampoco, creer que, porque nuestro hijo o hija presenta algún trastorno está mal o no va a lograr ser un profesional o realizarse como persona, eso es etiquetarlo y juzgarlo a partir de nuestros pensamientos o miedos. Al contrario, se impulsan para avanzar y ser personas independientes . Recalco que los trastornos nos acompañan toda la vida y algunas dificultades no se van del todo, estas se deben trabajar con diferentes apoyos o técnicas. Hoy en día sobran herramientas tecnológicas para realizar actividades que son difíciles en algunos momentos.

No veamos el diagnóstico con miedo o como una etiqueta que se impone a nuestros hijos e hijas, más bien es el primer paso para brindarle los apoyos que requiere.

Al observar a mi hijo señalarse con toda naturalidad y sin sentirse juzgado comprendí  que, aunque es un niño que se preocupa y se siente culpable al cometer un error; él comprende  que estamos en este mundo para aprender y mejorar.  
       
Si te gusto esta publicación y piensas que puede ser de utilidad para alguna persona te invito a recomendársela.  

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