La curva del olvido: Entendiendo cómo retenemos el conocimiento y por qué es crucial en la neurodivergencia

Tercera ley de Newton “para cada acción hay una reacción igual y en el sentido opuesto”.


    ¿Alguna vez sientes que, después de aprender algo nuevo, a los pocos días parece haberse desvanecido? ¡Tranquilo, no eres el único! Esto tiene una explicación científica conocida como la curva del olvido, y comprenderla es fundamental, sobre todo cuando hablamos de cerebros neurodivergentes.

¿Qué es la curva del olvido?

    La curva del olvido es un concepto que describe cómo la información que hemos aprendido se desvanece de nuestra memoria con el tiempo si no la revisamos o practicamos. Imagina una gráfica: al principio, justo después de aprender algo, recordamos el 100%. Pero, a medida que pasan las horas y los días, esa línea de retención de la información cae drásticamente. En otras palabras, olvidamos rápidamente si no reforzamos lo aprendido de forma estratégica.

¿Desde cuándo se habla de esto?


    Este concepto no es nuevo. Fue descubierto por un psicólogo alemán llamado Hermann Ebbinghaus a finales del siglo XIX, alrededor de 1885. Ebbinghaus fue pionero en el estudio de la memoria y realizó experimentos donde memorizaba listas de sílabas sin sentido para ver cuánto tiempo tardaba en olvidarlas. Sus hallazgos revolucionaron nuestra comprensión sobre cómo funciona la memoria y sentaron las bases para entender la importancia del repaso.


La curva del olvido y la neurodiversidad: Un enfoque empático


    Para muchos de nosotros, y para nuestros hijos neurodivergentes (con TDAH, en el espectro autista, dislexia, etc.), esta curva puede ser aún más pronunciada. La forma en que nuestros cerebros procesan, organizan y recuperan la información puede variar significativamente. Por ejemplo:


  • En el TDAH: La dificultad para mantener la atención y la memoria de trabajo (la que usamos para retener información temporalmente mientras la usamos) pueden hacer que la información se "escape" más rápido si no se capta de forma muy activa o se repasa pronto. Las distracciones internas y externas también influyen.
  • En el Espectro Autista: A veces, la información se aprende de forma muy específica, y generalizarla o recuperarla en contextos diferentes puede ser un desafío. La rigidez cognitiva o la focalización en detalles pueden influir en cómo se integra el panorama completo del aprendizaje.
  • Diferencias en Procesamiento: No todos aprendemos de la misma manera. Algunos necesitan más tiempo, otros más repetición, y muchos aprenden mejor a través de la experiencia práctica, visual o auditiva. Si la enseñanza no se adapta a estas particularidades, la retención se ve afectada.

    Por eso, como madres y docentes de personas neurodivergentes (y como neurodivergentes nosotras mismas), entender esta curva no es solo una teoría, ¡es una herramienta vital! Nos permite ser más empáticos, pacientes y buscar estrategias que realmente resuenen con sus formas únicas de aprender.


¿Cómo podemos combatir la curva del olvido? Estrategias para el hogar (¡y las vacaciones!)


    La buena noticia es que la curva del olvido no es una sentencia; podemos "aplanarla" y mejorar la retención de la información. Aquí te dejo algunas estrategias prácticas para aplicar en casa, especialmente útiles durante las vacaciones para que el cerebro de nuestros niños y niñas (¡y el nuestro!) siga activo:

  • Repetición espaciada: La clave está en revisar la información no todo de golpe, sino en intervalos de tiempo cada vez más largos. Por ejemplo, si tu hijo aprende algo hoy, pueden repasarlo mañana, luego en tres días, después en una semana, etc. Esto refuerza las conexiones neuronales y es especialmente efectivo para cerebros que necesitan más tiempo para consolidar.
  • Conexión con experiencias (aprendizaje significativo): Relaciona lo que aprenden con situaciones de la vida real. Si están aprendiendo sobre fracciones, pueden usarlas al cocinar o al repartir una pizza. Si es historia, visiten un museo, vean un documental o cuenten una historia dramatizada. Cuanto más relevante y significativa sea la información, mejor se retiene. Esto es vital para las mentes neurodivergentes, que a menudo se benefician de la concreción y la aplicación práctica.
  • Uso activo de la información (aprendizaje activo): En lugar de solo leer o escuchar, animen a los niños a explicar lo que aprendieron con sus propias palabras, a dibujar un mapa mental, a hacer preguntas, a crear un juego o a enseñar el concepto a otra persona (¡a ti, a sus peluches!). ¡Ser activos con el conocimiento lo consolida mucho más!
  • Descanso y sueño adecuado: El cerebro necesita tiempo para consolidar lo aprendido. Asegúrense de que los niños tengan suficiente descanso. Durante el sueño, la memoria se reorganiza y refuerza; un cerebro cansado tiene más dificultades para retener información.
  • Ambiente de juego y movimiento: Las vacaciones son para divertirse. Integra el repaso en actividades lúdicas. Juegos de mesa educativos, concursos de preguntas y respuestas, cuentos que involucren lo aprendido o incluso actividades físicas que refuercen un concepto pueden ser muy efectivos. Para muchos niños neurodivergentes, el movimiento y el juego son canales esenciales de aprendizaje y retención.
  • Flexibilidad y adaptación: Recuerda que cada cerebro es un universo. Observa a tu hijo o a tus alumnos. ¿Qué métodos funcionan mejor para ellos? ¿Necesitan estímulos visuales, auditivos, cinestésicos? Sé flexible y adapta las estrategias a sus necesidades individuales.

    Como padres y docentes, entender la curva del olvido nos permite ser más intencionales, pacientes y creativos en cómo apoyamos el proceso de aprendizaje. No se trata solo de que memoricen, sino de construir conexiones duraderas y significativas en el cerebro que les permitan aplicar lo aprendido a lo largo de su vida.

    Podríamos decir que la tercera ley de Newton, que establece que "con cada acción, hay siempre una reacción igual y opuesta", tiene un eco en el aprendizaje: si ponemos de nuestra parte con estrategias de repaso, práctica activa y adaptación (acción), la reacción será una mejor retención del conocimiento y un aprendizaje más profundo. Es decir, a mayor esfuerzo consciente y estratégico en el repaso, menor será el impacto del olvido. Es una invitación a la intencionalidad en el proceso educativo.

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