Del artículo publicado unas semanas atrás titulado Priorizar tareas ¿Cómo ayudar a mi hijo o hija con TDAH? surge este. Muchas personas no entienden que entre las dificultades asociadas con TDAH que un niño o niña enfrenta es mantener un buen rendimiento académico. Ya que ese no solo se ve afectado por la capacidad que tiene él o ella para aprender, está comprobado que la inteligencia es igual a la de sus pares que no lo presentan. Si no que también se ve perjudicado por las dificultades para mantener la atención al escuchar y trabajar en el aula, aunado a que le es difícil autorregular su comportamiento.
Por lo general estos son los niños que no completan trabajos porque se distraen, se ponen de pie todo el tiempo, no paran de hablar o interrumpir la clase, algunas veces con trazos poco legibles. Tampoco es extraño que sus calificaciones en pruebas escritas sean bajas por diferentes razones, no estudió lo suficiente por no estar en un ambiente adecuado, no leyó de forma correcta el examen por lo que aunque conocía la respuesta de algunas preguntas, no las contestó bien, se distrajo en varias ocasiones entonces se le pasó el tiempo o al responder lo hace de manera lenta por lo que no logró responder toda la prueba.
Sin dejar de lado que hay una alta probabilidad que también presente dificultades específicas del aprendizaje que afecten la forma en que se desenvuelve en lectura, escritura, ortografía y matemáticas. Sí, el TDAH puede coexistir con otros trastornos, por lo que los profesionales en educación debemos estar atentos a otras muestras de dificultades para poder referirlos con especialistas que puedan evaluar y diagnosticar las mismas.
En fin, son muchas las razones por las que su rendimiento académico puede estar bajo con respecto al de los demás, quiero aclarar que la idea no es compararlos con otros o proporcionar una excusa para que mantengan calificaciones bajas. La finalidad es que se comprenda que es necesario trabajar de diferentes maneras en el hogar y en las instituciones educativas para compensar las barreras educativas que pueden presentársele a el niño o la niña. Dejando de lado que muchos requieren de medicamentos para lograr realizar las tareas diarias, eso es una realidad que no les voy a ocultar, mi hijo toma sus pastillas diariamente porque sino se le dificulta más estudiar o controlar muchos de sus impulsos.
Lo que quiero enfatizar es que aunque se tengan condiciones que afecten a el niño o la niña, el TDAH se puede controlar, esto se logra trabajando los diferentes comportamientos que afectan a la persona, entre estos encontramos el enseñarlos a priorizar tareas como fue mencionado en el artículo anterior.
No obstante, no existe una receta mágica que nos va a decir cómo apoyar a nuestro hijo o hija, es necesario observar día con día sus comportamientos, muy importante, sin juzgar, ya que esto es desgastante para ellos y para nosotros. De igual manera coordinar con los docentes para que nos informen sobre cuáles de estos le afectan en el aula, para así investigar cuáles podrían ser las causas y luego buscar las herramientas y estrategias con las que se pueden manejar.
Repito, esto es algo individualizado, no porque al hijo de mi vecina le funcionó leer más tiempo para mejorar en la lectura, al mío le va a funcionar. De ahí la importancia de conocer las causas, tal vez, el vecino necesitaba leer más tiempo porque se distraía cuando lo hacía lo que le impedía entender la lectura, puede que mi hijo al leer invierta letras, por lo que el problema no es que se distrae, es que se le dificulta leer algunas palabras tomando más tiempo entender lo que lee. Por eso, leer más no le va a ayudar del todo. Esto indica que se debe trabajar en el trastorno específico del aprendizaje que presenta en el área de lectura.
También quiero especificar que no es buscarle más diagnósticos a mi hijo e hija, es descartar otras posibilidades, si descartamos que mi hijo invierte letras al leer, se le apoya con métodos para mejorar la concentración. Quitamos distractores que lo interrumpan, o sea implementamos otros mecanismos para apoyarlo.
Otro punto es apoyarlos teniendo empatía y paciencia, ellos y ellas no son culpables y se dan cuenta de las dificultades que les generan barreras, pero muchas veces no las pueden controlar. Nuestra labor es ayudarlos todos los días para que aprendan a autorregularse de diferentes formas y dependiendo de la situación en que estén.
Podría seguir mencionando causas y no parar, pero la realidad es que un niño o niña con TDAH u otros trastornos requiere de una evaluación por parte de las personas docentes en educación especial de las instituciones o de un especialista en psicopedagogía que pueda llegar a la raíz, y emitir recomendaciones individuales para apoyar al niño o niña sin generalizar y desgastar. Algunas de esas están de manera general en el artículo “Priorizar tareas ¿Cómo ayudar a mi hijo o hija con TDAH?” y se pueden utilizar aunque el niño o la niña no presente el trastorno, les invito a leerlo.
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