Esta carta va dirigida a quien le interese comprender de una u otra manera a las personas con trastorno por déficit de atención e hiperactividad/impulsividad (TDAH), así como las conductas que pueden presentar. Las cuales muchas veces llegan a ser molestas para los que les rodean sean familiares, amigos o desconocidos.
Escribo esta carta porque a lo largo de los años he notado que, aunque se conozca el trastorno como tal, se asocia únicamente con niños o niñas inatentos o hiperactivos/impulsivos y no con nosotros los adultos con TDAH que podemos mostrar otros comportamientos. Tal vez pensarán que no es difícil comprendernos, pero, la realidad es diferente. Ya que somos esa minoría que no sabemos comportarnos adecuadamente en los momentos que más debemos hacerlo. Esa es una de las razones por la que la mayoría de tiempo somos etiquetados como: desorganizados, irrespetuosos, desconsiderados o esa persona que no puede permanecer sentada o quieta, bueno podría seguir mencionando muchísimos más, porque estas palabras cambian dependiendo del lugar en que se den los comportamientos.
Escribir no es fácil para mí, puede llegar a ser acongojante, ya que mi cerebro piensa y me dicta las palabras más rápido de lo que puedo escribirlas, sea en la computadora donde tecleo muchas palabras con errores ortográficos o con papel y lápiz; ya que por intentar seguir la velocidad en la que mi cerebro me las dicta es difícil seguir ese paso. Las faltas de ortografía son muchas y evidentes porque no logro recordar muchas reglas ortográficas al escribir tan rápido hace que mi letra pueda llegar ser desprolija. Sin embargo, eso no me impide plasmar unas palabras en esta carta para poder concientizar sobre este trastorno que afecta mi vida y la de muchas personas alrededor del mundo en todos los rangos de edad; que como indiqué antes pueden llegar a ser etiquetadas de muchas formas por comportarse diferente a los demás.
El hecho de que nos comportemos de manera particular o diferente de los que no tienen este trastorno se debe a las características de nuestro cerebro el cual es diferente al de ustedes, aunque parezca extraño. Además, es importante recordarles que nuestros comportamientos van a variar según nuestra edad y las particularidades que predominen en cada uno de nosotros, sea inatento, hiperactivo/impulsivo o combinado. Pueden llegar a ser similares, por ejemplo, se nos hace difícil permanecer atentos en una sola actividad por períodos prolongados de tiempo, por eso a veces nos distraemos. Inhibir los impulsos o regular la conducta en algunos momentos que se debe hacer es casi imposible por eso muchas veces parece que corremos de un lado a otro cuando intentamos solucionar algún problema o hacer algo. Alguien me expresó un día—sabe cuál es su problema, —¿cuál? Le pregunte. Me respondió —Usted se “ataranta” todo. ¿Cómo negarle que era verdad? Lo que esa persona no sabe hasta el día de hoy, es que no puedo evitarlo, es un impulso incontrolable para mí y por más que respiro e intento tranquilizarme, cuando me doy cuenta estoy igual.
Tampoco, podemos permanecer quietos o sentados cuando debemos hacerlo, eso se asocia generalmente con los niños y niñas, pero, nos sucede a todos, debido a que nuestro cuerpo nos pide ponernos de pie y movernos, sentimos un cosquilleo en las manos o pies, no es raro que me vean sentada y moviendo un pie de un lado a otro, los dedos de mis manos, pasando mi lengua por los dientes o mordiéndome una parte de la boca. Ya no masco chicle, pero esa era una forma perfecta para regular mi hiperactividad.
Otras veces, cuando entablo una conversación con alguien puede tener la habilidad de saber qué me va a decir esa persona por lo que interrumpo constantemente, intentando terminar sus palabras, frases o respuestas, mis disculpas no puedo evitarlo, lo hago de forma impulsiva. También, puedo hablar de muchos temas en una sola conversación, desviándome del tema principal hasta que no lo recuerdo y lo que menos me agrada, pero tampoco lo puedo evitar es repetir muchas veces lo que ya mencioné y todo mundo entendió.
Puedo llegar a ser una persona multitareas con un inconveniente, ya que puede que no termine ninguna de las actividades que inicié, se los ejemplifico así, al iniciar una actividad académica o del hogar debo terminarla sin distraerme casi sin volver a ver a los lados, debido a que si me distraigo puede que me dé cuenta de que debo hacer otra tarea, la cual comienzo a hacer y dejo a medio hacer la primera, así puedo seguir todo el día y al final no terminar nada de lo que inicié. Qué habilidad más extraña, pero, esa no se compara con la de hacer tareas en el hogar para ir posponiendo otra tarea más importante, a lo que se le llama procrastinación activa. Bueno, hoy en día es mucho más fácil procrastinar, ya que uno agarra su celular y abre cualquier red social, pueden pasar horas y ni vamos a recordar la tarea que uno tenía que hacer, luego, el estrés por la falta de tiempo es terrible.
En algunos de nosotros predomina esa inatención tan incomoda, debido a que podemos pasar horas oyendo palabras y al final no escuchamos ninguna, esto porque nuestro cerebro prestó atención a cualquier otra cosa menos a esas palabras. En otros, la hiperactividad/impulsividad lo que tal vez se evidencia más en los niños y niñas que no se quedan sentados o quietos en un solo lugar, la diferencia con nosotros los adultos es que podemos poner en práctica algunas técnicas que nos permiten controlarnos un poco y en ciertos períodos, pero no todo el tiempo.
La pregunta que se pueden hacer ustedes que leer esta carta ¿Por qué si usted sabe que es una persona con TDAH, no puede controlar su atención o sus impulsos? La respuesta es una incógnita, hasta a mí me gustaría saberlo, me permitiría solucionar muchas dificultades del diario vivir, lo único que tengo claro es que mi cerebro es diferente al de las personas sin TDAH.
Además, existen otros factores que me afectan día con día, por ejemplo, mi alimentación, si como un alimento con mucha azúcar, los que más me encantan, por cierto, mi hiperactividad e impulsividad aumentan, lo notarás porque me verás más activo o atarantado, razón por la que puede que tampoco te preste atención cuando me des alguna indicación; los periodos de mucho estrés también me impiden prestarte atención, generalmente estoy más disperso, entonces puede que cuando me hables sino te aseguras que te estoy escuchando, no te voy a escuchar, sin dejar de lado que mi hiperactividad e impulsividad son más evidentes. Tal vez, no tengo una respuesta científica a la pregunta del porqué si usted sabe que es una persona con TDAH, no puedo controlar su atención o sus impulsos. Lo único que puedo decir es que no puedo controlarme porque mi cuerpo es recorrido por un cosquilleo que me hace reaccionar sin pensar muy bien lo que hago, las palabras saltan a mi mente, salen por mi boca y puede que te hagan daño, lo que me lleva a ser imprudente muchas veces, pero, créeme no lo hago al propio, pido perdón por todas esas veces que fuiste lastimado.
También, quiero contarte algo que puede que no sepas, nosotros las personas con este trastorno nos sentimos mal después de cometer cada uno de los errores o imprudencias que cometemos, no pienses que no nos damos cuenta, simplemente ya es muy tarde hasta para disculparnos. De mi parte puedo decirte que hoy en día acepté que soy una persona con trastorno por déficit de atención e hiperactividad/impulsividad, por lo que me perdono amablemente cada uno de mis errores intentando mejorar, sin embargo, no ha sido un proceso fácil y no todas las personas tienen una oportunidad para sanar.
Sin embargo, sí te puedo expresar cómo se siente una persona sea, infante, adolescente o adulto, cuando la pones en evidencia o la etiquetas con sobrenombres por comportarse diferente a ti o a los demás, aunque no lo demuestre abiertamente. Puede sentirse muy culpable y pasar días recordando el error que cometió, su corazón se rompe cada vez que recuerda la reacción de las personas alrededor, su autoestima va disminuyendo con cada una de las palabras de regaño que se le dicen, al final esa persona llega a creer cada etiqueta que le impones y actúa como lo programaste al decírsela una y otra vez, pensarás que eso no es posible, pero, la frase que llegaras a escuchar de sus labios va a ser “usted siempre dice que soy … por eso lo hago”.
Todas las personas con TDAH lo sentimos en algún momento hay algo malo en nosotros, debido a que nos recalcan nuestras dificultades olvidando que también tenemos habilidades que se pueden estimular que pasan desapercibidas como: los deportes, la música, el arte, por indicar algunas, así como que con apoyo podemos disminuir las conductas que nos producen contrariedades al actuar.
Para terminar, agradezco que leyeras hasta el final, también, que seas ese ser humano que quiera aprender un poco más sobre el trastorno por déficit de atención e hiperactividad/impulsividad, así como del impacto que tiene este en la vida de la persona que lo presenta y su familia.
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